from Anu Kumar, president and CEO
En español abajo
The Trump Administration’s attempt to roll back reproductive rights and deny essential health care—detailed in a letter from USAID to the UN—is yet one more despicable action in a frightening anti-rights trend. We strongly condemn the letter, which asks that all references to sexual and reproductive health be removed from the UN’s global humanitarian response plan.
We know that in times of crisis, women and girls are disproportionately affected. We also know that abortion is a time-sensitive health-care service that cannot be deferred without profound consequences for pregnant people and their families.
In the face of the COVID-19 pandemic, it’s imperative that pregnancy care, including abortion care, remains essential. We know this can be done.
Ipas and partners have worked to ensure that women and girls, like those living in the world’s largest refugee camp in the Cox’s Bazaar district of Bangladesh, can still access critical health care. Earlier this month, the government of Bangladesh, along with relevant agencies, recognized that reproductive health services are critical to health and well-being.
The administration’s attempt to block sexual and reproductive health care, including abortion, will only increase the number of deaths and injuries from unsafe abortion, particularly in crisis settings, all over the world.
We should, as a global community, be actively working during this pandemic to ensure the health and rights of all. We stand in solidarity with health providers and human rights protectors against any attempt to deny life-saving reproductive health care, including abortion.
Declaración de Ipas sobre la necesidad crítica de ofrecer servicios de aborto en entornos humanitarios, en respuesta a los intentos perjudiciales del gobierno de Estados Unidos por negar salud y derechos, por Anu Kumar, presidenta y directora ejecutiva
El intento del gobierno de Trump de echar atrás los avances logrados en materia de derechos reproductivos y negar servicios de salud esenciales, detallado en una carta de USAID a las Naciones Unidas, no es más que otra acción despreciable en una alarmante tendencia anti-derechos. Condenamos enfáticamente la carta, que solicita que todas las referencias a la salud sexual y reproductiva sean eliminadas del plan de respuesta humanitaria mundial de las Naciones Unidas.
Sabemos que, en tiempos de crisis, las mujeres y niñas son afectadas de manera desproporcionada. También sabemos que el tiempo es un factor importante con relación a los servicios de aborto, ya que estos no pueden ser aplazados sin profundas consecuencias para cada persona embarazada y su familia.
Ante la pandemia de COVID-19, es imperativo que la atención durante el embarazo, que incluye los servicios de aborto, continúe siendo esencial. Sabemos que esto es posible.
Ipas y sus socios han trabajado para asegurar que las mujeres y niñas, tales como aquéllas que viven en el mayor campo de refugiados del mundo, en el distrito Cox’s Bazaar de Bangladés, puedan continuar accediendo a servicios de salud críticos. A principios de este mes, el gobierno de Bangladés, junto con instituciones pertinentes, reconocieron que los servicios de salud reproductiva son fundamentales para la salud y el bienestar.
El intento del gobierno de Trump por bloquear los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los servicios de aborto, solo aumentará el número de muertes y lesiones atribuibles al aborto inseguro a nivel mundial, en particular en entornos de crisis.
Como comunidad mundial, debemos trabajar al máximo durante esta pandemia para garantizar la salud y los derechos de todas las personas. Ofrecemos nuestra solidaridad a los prestadores de servicios de salud y protectores de los derechos humanos contra todo intento por negar servicios de salud reproductiva que salvan vidas, incluidos los servicios de aborto.